Autora: Emely López Betancur*
La casa
Fui a ver la casa en venta. Era gigante y tenía un precio sorprendente. Le pregunté a la dueña cuál era el motivo del valor tan reducido, y ella solo me miró horrorizada. La verdad, esa también sería mi reacción si el cadáver que tengo en el sótano me hace tal pregunta.
La ventana
Varias siluetas habían pasado por aquella ventana que encerraba la libertad; sin embargo, la figura de ella era especial: su cara desvanecía toda ilusión de salir de allí. Tal vez porque la ventana daba a la parte posterior del jardín donde enterraba a las otras mujeres; donde próximamente estaría.
El sótano
Un olor extraño se siente al pasar las eternas escaleras que llevan a ese lugar oscuro. Hay mucha humedad y musgo. Una pequeña gotera golpea lentamente aquello que parece ser un cadáver que olvidé enterrar en el jardín antes de que llegase una nueva compradora.
La habitación
¿Qué hay en esa habitación? – preguntó la joven a su amante antes de que esta la invitará a pasar, sin saber que sería para cometer otro de sus asesinatos.
La puerta
El timbre sonó varias veces. Al abrir la puerta reconocí a la causante de mi locura, y logré ver que en sus manos portaba un cofre que parecía lleno de sangre y cenizas, acompañado de un sonido constante en su interior. Con una voz temblorosa, dijo – Te entrego mi corazón. Siempre ha sido tuyo, pero, para que no doliera sacarlo de mi pecho, quemé aquellos sentimientos que tuve por ti.
* Emely López Betancur estudia el pregrado en Estudios Literarios de la Universidad Pontificia Bolivariana. Su autora favorita es Emily Dickinson, ama los gatos y el chocolate, le gustaría ser traductora y espera que algún día por fin le guste el café.
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