Autora: Valentina Bedoya Machado
I
Te propongo un trato,
uno simple y sin contrato,
sin prejuicios ni reclamos.
Te propongo un trato,
vivamos sin afán de separarnos
y disfrutemos el momento sin temor a enamorarnos,
quiero dejar los miedos atados y la cobardía a un lado.
Perdón, sé que a veces hostigo,
solo no quiero perderte,
aunque nunca lo digo
puede que sea egoísta el quererte siempre conmigo,
aun así, te propongo un trato,
si me dices que sí, bailamos un rato.
Ámame lo suficiente como para no olvidarnos
y si no funciona, te propongo un trato
al menos así tendremos un buen relato.
II
Un trato, simple pero complicado,
no sé porque, ni hasta cuando,
solamente te propongo un trato.
Ya sea para amarnos, odiarnos u olvidarnos,
el problema es que ni siquiera sé si me estás escuchando,
solo quiero dejar claro que no soy consciente de lo que hago.
Pero te propongo un trato,
no sé qué pueda ofrecerte, pero pasemos el rato,
¿sabes qué? mejor olvida lo del trato,
solo estoy alucinando, tal vez soñando, pensando, o divagando…
Te propongo algo más tranquilo, ¿un trago?
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