Autor: Camila Cano
He parido a mi padre
con la sangre de un dios no rezado.
He gritado
la entrada de su cabeza a mi pequeño mundo.
Sin saberlo,
con el tiempo se fue desvaneciendo
la verdad entre mis dientes.
Guardé los pasados,
los platos,
los retratos.
Me escondí
como niña muerta bajo tierra.
La vigilia,
el temor,
mis deseos,
¡ay!
¡Aquel ruido entrando al llanto!
y después del llanto
vino la desnudez
y mi frío.
Después ya no era madre,
ni símbolo,
ni materia.
Ahora soy
lo que no puedo nombrar.
No tengo el lenguaje de la vida
pero he resucitado.
Comments