Autor: Carlos Miguel Ortíz Peña*
Fase 1: Aura.
Primero se empañan los ojos
ceniza y hollín.
Parpadeos. Cercos eléctricos, mareas de cristal.
Van y vienen, vienen y van, van y se van
Los rostros, los rastros, los restos.
Llovizna de arena negra; hormigas negras.
V
A
C
Í
O
Fase 2: Exudación.
Por la coronilla
de una cabeza de látex,
entra y sale un alfiler.
Suspense;
afuera el mundo flota.
Cabezas que rebotan,
los silencios ululan
se ausenta la ceguera…
El dolor mastica mis goznes.
Fase 3: Granizado.
Una hoja de nazareno
cae y se revuelca
por las paredes inmensas del aire.
El brío escandaloso,
atraviesa en el gélido manglar
De carne y huesos.
Entre bostezos, vibrando,
los riachuelos de sal.
Entre gorjeos, saltando,
la emesis se oculta.
El miedo
corre y se derrama
por la piel acrómica del juicio.
Fase 4: Epojé.
En mí lecho
florecen sangre y aceros.
En mí pecho
se aceleran los días,
se quiebran las noches.
En mí techo
descansan el pálpito
y la cordura.
Se detiene el polvo…
Se suspende el juicio.
Fase 5: Níveo.
Y al amanecer
solo el blanco me queda.
Los oídos enlagunados
perdonan al ruido.
Los ojos derramados
se tragan la luz.
Los temblores perdidos
chillan por la atmósfera.
Camina lerdo el viento,
Se ahoga en mi cuerpo.
*Miguel Ortiz es autor de poemas como…, …, … de la novela… Pero, sobre todo, es reconocido por sus ensayos… y… en los que hace una crítica directa a las biografías insulsas que parecen más bien apologías al autor. Muchos críticos se han aventurado al decir que su obra no es más que el reflejo de la amargura y el resquemor que invade al autor cuando escribe y se ve despojado de la mascarada snobista que, sin querer, ha construido con el devenir de los años.
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