Autora: Zenaida Quintero Zuluaga*
Solía observarla.
Era la mariposa más bella de la pradera. Sus colores eran asombrosos, vibraban al son del sol y de la luz. Su forma era única, y la manera en que se posaba en cada flor era especial; resaltaba la libertad que poseía, y se reflejaba en el aleteo de sus pequeñas alas, las cuales, aunque de apariencia débil, le permitían sostenerse a través del aire, surcando los fuertes vientos y permitiéndole avanzar cada día en sendas de obstáculos.
Solía observarla, incluso cuando tenía que posarse debajo de un jardín para no lastimar sus alas por las fuertes lluvias, y cuando debía enfrentarse a los peligros de la naturaleza para sobrevivir y llegar a su destino al pasar las estaciones; incluso cuando agentes externos intentaban devolverla al capullo donde se escondía esa pequeña oruga que alguna vez fue, donde había desarrollado todo el potencial que después demostró tener, donde pasó una larga temporada reafirmándose para salir de la oscuridad y disfrutar de una vida emancipada, dónde personas como yo podrían observar que comenzaba una nueva era tras haber aprendido y luchado contra sí para salir a la luz y revolotear en el prado de la vida.
*Zenaida Andrea Quintero Zuluaga actualmente cursa el tercer semestre de Administración de Empresas en la Universidad de Antioquia. Está descubriendo una pasión en la escritura por lo que se dedica a explorar diferentes géneros y estilos. Aunque aún no ha participado en concursos o proyectos relacionados, está entusiasmada por descubrir nuevas oportunidades para desarrollar sus habilidades creativas.
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