* Valeria Nieto Correa
Había una vez tres cerditos que decidieron emprender un viaje por distintas partes de Colombia, su primer destino fue la selva del Chocó. Al llegar se encontraron con más animales como venados, ranas, murciélagos tigrillos, etc. Se hicieron amigos muy rápidamente y entre todos esos animales, había más cerditos, así que se reunieron para tomar un baño refrescante de lodo antes de que sus nuevos amigos continuaran con su viaje.
Todos se estaban divirtiendo mucho, lo único que no sabían, es que, a lo lejos, un lobo malvado y hambriento ya se había enterado del viaje de los cerditos y ya que tenía mucha hambre se decidió ir tras ellos por todo su viaje, para en algún punto comérselos.
El siguiente destino de los cerditos fue Cartagena, al llegar, los cerditos se fueron a la playa a broncearse y relajarse un rato, luego, después de unas cuantas horas decidieron ir a la ciudad amurallada (un lugar histórico de Cartagena), se estaban divirtiendo mucho y el lobo seguía persiguiéndolos por todas partes sin que ellos se dieran cuenta. Por último, antes de irse, fueron al castillo de san Felipe e hicieron un tour, ya que querían conocer la historia de ese castillo y también les causaba curiosidad ver los túneles y todas las cosas interesantes que tiene el castillo.
Todo iba de maravilla, pero cuando estaban dentro de uno de los túneles, el lobo decidió atacar. Los cerditos, al verlo, se asustaron e idearon un plan; perderían al lobo en el entramado laberinto del fuerte y buscarían uno de sus ángulos arquitectónicos estratégicos, ideados para que los piratas no pudieran divisar a las tropas, y lo atacarían con el arsenal histórico cuando menos se lo esperara. Así fue como recorrieron casi todo el castillo, hasta que por fin cayó en la trampa, el lobo huyó despavorido al sentir que las grandes bolas de metal le pisaban la cola. Y luego de todo esto, los cerditos decidieron irse de Cartagena.
El destino final de los cerditos fue Vichada, al llegar tenían mucha hambre y decidieron probar uno de sus platos típicos, en este caso comieron chigüiro, y después de estar llenos, salieron a recorrer el lugar y como hacía mucho calor fueron hacia unas palmeras ubicadas no muy lejos de donde estaban y se montaron para coger unos cuantos cocos y tomar su agua.
En cuanto al lobo, este se perdió dentro de uno de los túneles del castillo de Cartagena y nunca más se supo de él.
* Valeria Nieto Correa tiene trece años y es estudiante de sexto de bachillerato en INEM, este texto fue escrito en uno de los talleres de la Gaceta Literaria El Galeón, durante la Fiesta del Libro y la Cultura 2023.
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