Autor: José David Rodelo Conde*
Terra
Enterrado en un eterno verano cayó
ese elocuente ángel que, con cuchillo en mano,
cortó las raíces que me ataban y me dejaban
sin otoño, sin hojas, sin lluvia.
¿Seguiría viendo su hermoso rostro bajo
la luz que brilla, a través de las hojas
de un árbol de aguacate?
Libertad dio a mi cuerpo, pero
parte de mi alma se ha ido con él, se la ha robado.
Un robo con cuchilladas que duraron tres semanas.
Duele el pecho sobremanera
Cortadas nunca fueron. Siento puñaladas,
punzadas que se hunden fríamente.
En un verano me ha dejado seco,
vagando entre las raíces de edificios en ruina.
Cualquiera sea el delito celestial que haya cometido,
no quiero ser culpable de mis dolores.
He de declararme inocente por amar
a un ángel que fingió liberar
mi corazón de esta tierra.
Aqua
Voy y vengo, voy y vengo, voy, vengo, vengo y voy
Nada me calma en esta turbia soledad
Cascadas se han vuelto mis ojos
Riachuelos mis mejillas
No es claro nada, nado contracorriente
a un
yo sin espejo
ahogándome en la superficie de mis temores
¡El exilio es mi tortura!
¿Por qué me liberaste?
Grito
en mi bañera congelada
Avox
Hielo, solo hielo sale de mi boca; hielo, hielo, hielo
Tiemblo al llegar el invierno,
No frío
es de
Son mis pensamientos que te llaman
En varios disciplinas,
idiomas, teorías,
Ríos, quebradas, cenotes, océanos
lagos, cascadas, mares,
La luna me dijo que no vendrías
ni en la noche más fría
por lo que no pudiste robar
Mi bondad ha de iluminar suspiros quejumbrosos
pensamientos, voz, mirada, corazón
exijo que no vuelvas a llamar a la luna
ni para callar.
Ignis
Cerca de mi tumba dejaste una nota,
garabatos con tu nombre
imitando mi cursiva,
y una flor.
Juventud,
sabrá Dios cuál era.
Los rayos de luz de una vela
queman tu tacto, voz, olor y último calor.
Hefesto ayuda a forjar
mi destino
con las cenizas
de aquel amante perdido.
Palabras en prosa y poesía,
desde ayer eran un volcán enfriado.
La llama primaveral que hoy
en mis senderos florales veo
marchas de amistad y sexualidad
mañana en dicha y placer estuviéramos
la llama lenta de este fúnebre dolor
silencia la esperanza de un desesperado amor
Caeli
En mis noches solitarias siento este tierno secreto,
tranquilo como los valles florecidos en abril
y como la brisa fresca en agosto.
En mis días despejados pienso en tu silencio
y si recordarás mi nombre, mi rostro o mi voz.
Mis suspiros al alba me dicen que ya no existe una tumba;
no hay muerte, ruego, llanto o dolor,
solo una alianza celestial.
Allá y acá hay paz y serenidad. Luego de un largo encierro,
esa carga que cansaba mis noches, llenándolas de insomnio,
marcha por un sendero de balas, flechas, bombas, venenos.
Mirar al cielo,
imaginar que vuelo,
alivia mi respiración para volver al sendero.
Soy Josse pero muchos me conocen como Roco, estudio literatura, soy promotor y animador de lectura y mediador cultural. Estoy aprendiendo a tejer mis historias y cositas en lana, escribo mis pesadillas y pinto epifanías. Amo el Mote de Queso y viajar, aunque ahorita estoy en Macondo, gracias a los libros de Leonardo Padura me encuentro en Cuba.
Comments