Autor: Maurizio Binda Saffon*
No se le puede hacer justicia a la inmensidad de la suma con una oración descriptiva.
No es fácil precisar dónde reside la belleza de una gráfica a partir de un conjunto gramático.
Difícilmente se puede explicar la sinuosidad de una integral a partir de un vocabulario de constantes letradas,
al igual que es complicado entender la genialidad de una identidad usando un dominio regido por palabras.
Así como es complejo dimensionar la eternidad de un teorema con letras fugaces,
también lo es concebir los efectos de la comprensión de que hay infinitos más grandes que otros
con las bases rígidas generadas por diccionarios finitos.
Todas las lenguas son hermosas,
pero aquella en donde los números residen, la que se habla sin ser hablada,
tiene una belleza que solo puede expresarse
en gráficas, ecuaciones, superficies y funciones.
*Maurizio Binda Saffon es un estudiante de estudios literarios en la Universidad Pontificia Bolivariana. Cuando no está pensando en videojuegos, está pensando en cómo defenderlos como literatura, en maneras de conciliar su trasfondo en ingeniería con las artes o en formas de asustar a sus jugadores en su campaña de Calabozos y Dragones.
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