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Foto del escritorEl Galeón Gaceta Literaria

Dulce - Ciclo de Tierra

Autora: Sandra León de Guevara*


CICLO DE TIERRA

PURGA

Si prefieres la tierra, has escogido lo que pesa,

la vocación de tu mano, el nido de tus pies,

lo que se queda en el puño y lo cubre todo.

Este es un camino que se abre en los sentidos

para alcanzar el fondo de lo oscuro,

recorrer el arrasamiento del amor y

vivificar los bosques habitados por el mismo ser

que se multiplica en reflejos y edades.

Este es el regreso a los propios frutos

y a los venenos propios

que requieren poda, purga, purificación.

 


MENSAJERA DEL REPOSO

Si alguien

de las muchas esencias que se agarran a la tierra

nos recibiera,

sería la Mensajera del Reposo.

Su bienvenida está coronada por ramitas aromáticas

y sonajeros de piedra.

El sueño entre las raíces

el musgo para la sed

piedras conmovidas de fecundidad

brisas y aguaceros entregados al tiempo

realizar lo vital, la energía, lo eterno.

 


BAUTISMO DE ARENA

La tierra de colores, las tierras

acogen todo lo que cae

arrullan la materia

custodian las esencias

anidan lo simple sin elegir.

Venimos sucios de pensamiento y ego, avaricias y procacidad

nos desnudamos en lodo y terrones

para besar donde no hay huella.

Recibimos el bautismo de arena

nos presentamos como hijas hijos pertenecientes,

jamás dueños ni amos,

pertenecientes a las dunas y las praderas

partículas reformadas del vasto cuerpo estelar.

 


LA MONTAÑA EN SUEÑOS

Aquí el viento expande los ojos

las rocas son otra forma del amor

los colores emergen de su raíz de noche.

Hablo del cubierto interior del cuerpo

del secreto pulular de los insectos

del subterráneo reino del vigor.

Camino hacia la última línea del suelo que me sustenta

me hundo hasta las rodillas

el aroma del polvo húmedo me alegra

ahora que sube hasta mi cintura.

Puede ser que atravieso en sueños la montaña,

ella se anuda en mi pecho y crece

hormiguea en mi garganta y amplifica mis oídos

soy el mismo elemento que me descompone.

Me aligero y me reconozco en lo orgánico y en lo mineral

aún soy tierra.

 


INHUMACIÓN

Yo me enterré.

Vengo de mi sepultura temporal

para darme el abrazo de la resurrección

para llevar mis heridas hasta su consecuencia final

llenarlas de fermento desgranado

después de dramatizar mi agonía y muerte.

Dejé que me venciera aquel dolor de abortar y enmudecer

realicé la muerte de todos los insultos y los errores

los dejé en el fondo, bajo tierra.

Así abandoné mi presente enfermo

como pellejo pasado y sepultado.

Frente a la tumba abierta

reventé una a una mis culpas y vergüenzas

y de su elixir se encargó mi Madre diligente

al sorber y lavar exangües y detritos.

 


RAÍZ

El tiempo tras la puerta de piedra,

dentro del nicho asfixiante y helado

enrollada en la vasija,

termina en eclosión.

Me llamo desde afuera y mi voz es la más dulce.

Mi nombre es asombroso

mi recuerdo es raíz.

Germina el infinito que soy y el universo es tal cual yo lo sembré.

Cada flor en mi piel es signo y el sabor del aire me hace sonrojar.

Las potencias que me habitan han venido con mi historia

les pertenezco y sé crear su música

mis dones se presentan ante mí

los nombro a cada uno

como mi caligrafía, mi aliento, mis frutos.

 


AMORTAJAR

También es iniciático que otros sean nombrados

que se puedan velar y mirar por última vez

amortajar y acompañar hasta la tumba y cubrir amorosamente.

También es propicio y sanador enterrar las cosas muertas

las memorias desangradas

lo que se ha podrido y amargado,

como se cubre una semilla

como se devuelve un niño a su madre

como se completa una tarea en el misterio.

También es conveniente recomponer las pertenencias,

los naipes, los nombres, los talismanes, las cartas, los secretos.

Por fin entregarlos a su origen

pasar al estado elegido

avanzar a la fase liberada

al momento de la sustancia experta, del alimento integrado,

al tiempo de la comprensión iluminada con un camino más.

 


SELVA

Ofrendo lo que estalla en mi vida

y se me entrega la paz,

hundo con ira mi daga en el cieno

y se abren hermosos surcos,

me desespero en la cobardía

y me acompañan y sostiene,

niego mis sueños y los destrozan

y nacen mil árboles perfumados que cantan un verde balsámico,

se levanta la selva de mi cuerpo y atestigua mis estaciones completas.

Solo en este paraje intenso contemplo la acción de mis fuerzas,

cómo circulan hacia el bien sin obstáculos y sin egos.

Me aquieto y confío 

el hogar crece dentro y me rodea

sin mi esfuerzo el cuerpo sana

hacia un único vórtice de plenitud.

 


REZO

Entono esta oración íntima y me contestan al salmo voces infinitas y eternas,

infinitas y eternas como el número y la oscuridad.

Repito el rezo árido y un cuerpo inmenso responde verde.

Permanecemos juntas con nuestra tarea

tiramos una singular semilla a la era

brotan de nuestras almas respuestas

pájaros que anidaban profundamente

aves que ya cantaban esa oración íntima.



*Sandra León de Guevara es psicóloga, con estudios en Danza. Ha ejercido la docencia de diferentes géneros de Danza y también ha desarrollado labores comunitarias para difundir la conciencia de los Derechos Humanos y la protección de niñas, niños y adolescentes. En estos campos de acción ha integrado textos literarios como elemento importante en la motivación a la acción y a la expresión. El Ciclo de Tierra: Dulce, es una invitación a la contemplación de la experiencia con el elemento tierra como vía de sanación interior, que se proyecta en la convivencia con lo humano y lo natural.

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